Todos soñamos con el día en que las aeronaves sin tripulación y los aviones comerciales compartan de manera segura el espacio aéreo nacional (NAS) en un baile coordinado que incluya drones entregando paquetes, avionetas privadas, taxis aéreos y aviones comerciales.

Desafortunadamente, parece ser un sueño que nos sigue eludiendo y cada día que pasa trae un nuevo obstáculo o tal vez una razón para no empujar con demasiada fuerza. Una cosa es segura, si planeamos agregar cientos, o miles, de aviones no tripulados al NAS, debe hacerse sin agregar carga de trabajo adicional al ya sobrecargado sistema de control de tráfico aéreo (ATC).

Titulares recientes en los periódicos de USA nos están dando motivos para hacer una pausa y analizar lo que está sucediendo con el sistema actual de ATC antes de agregarle cualquier cosa. Los controladores de tráfico aéreo están agotados, la infraestructura que soporta el sistema necesita ser renovada y nuevos pilotos con la mínima experiencia suficiente para cumplir con las pautas de la administración federal de aviación (FAA) se juntan en un brebaje peligroso que esperamos que no provoque un accidente importante en el corto plazo.

Pero, para poder agregar aviación no tripulada (drones y taxis aéreos) al entorno ATC existente, primero debemos desarrollar un sistema de gestión de tráfico no tripulado (UTM) separado, pero coordinado con ATC, que reemplace las funciones del piloto en términos de distancia entre aeronaves y seguridad operacional.

En los últimos siete años hemos oído de muchas y entrevistado a otras empresas que trabajan en sistemas UTM, pero recientemente una en particular en Uruguay, Cielum nos llamó la atención cuando se embarcaron en un ambicioso programa para desarrollar arquitecturas de tráfico para movilidad aérea avanzada (AAM ) con el fin de crear logística que permitiera servicios de transporte de carga y pasajeros. Hablamos con Sebastian Macias, fundador y CEO de Dronfies Labs, el holding propietario de Cielum, para una conversación fascinante sobre su tecnología UTM en particular y la industria de la aviación en general.

Como prueba de que Cielum se encuentra actualmente en operación activa de drones de reparto en Uruguay, nuestra videollamada se retrasó 15 minutos mientras Sebastián resolvía un problema operativo con un dron que perdió la conexión con el sistema por unos segundos y activó un protocolo de seguridad que requería su atención.

“Mi carrera es en informática, pero en 2015 supe que el futuro estaba en los aviones no tripulados y decidí enfocarme en eso”. Sebastian dijo reflexionando: “En 2017 fundamos la empresa Dronfies con el mandato de desarrollar sistemas que gestionaran de manera eficiente el espacio aéreo a baja altitud para la aviación civil, permitiendo que los servicios de navegación aérea garantizaran operaciones de drones seguras, que también cumplieran la normativa existente de aviación tripulada, simplificaran el cumplimiento normativo para las actividades de drones y garantizaran la confianza, colaborando con las autoridades de aviación para una integración completa”.

Al principio sonaba como una agenda muy ambiciosa para un pequeño startup en un país de América Latina, pero como hemos visto antes, la aviación no tripulada no tiene fronteras naturales y el talento aeroespacial se distribuye de manera uniforme en todo el mundo.

“Comenzamos a incursionar en industrias como la agricultura, servicios forestales y construcción mediante un trabajo intensivo para entender sus flujos de trabajo y prepararles un plan sobre como introducir tecnologías no tripuladas que harían sus operaciones más eficientes y rentables”. Sebastian dijo: “Nuestra primera gran oportunidad llegó en 2020 cuando el Fondo de Innovación de UNICEF se puso en contacto con nosotros para ayudarlos a crear corredores de distribución para la asistencia humanitaria con drones en Sierra Leona”.

Esta asignación le dio a Cielum la exposición internacional necesaria para llamar la atención de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) en los Estados Unidos y la Administración Europea de Seguridad Aérea (EASA) para desarrollar tecnologías que potencialmente relacionarían operaciones de aviones tripulados y no tripulados. En resumen, Cielum pudo desarrollar protocolos que cumplían con los estándares Corus U-1 y U-2.

(El concepto de operaciones de Corus (conops) es un conjunto de reglas y directrices desarrolladas por la Empresa Conjunta SESAR en 2019 para enmarcar las condiciones bajo las cuales será seguro agregar aviones no tripulados a los cielos de la Unión Europea.)

“Una vez que aseguramos los estándares U1 y U2 y la red celular en Uruguay alcanzó un nivel de seguridad que garantizaba la conectividad en todo momento, lanzamos nuestro servicio de entrega con drones”. Sebastian dijo emocionado: “El desafío más difícil que tuvimos fue la coordinación con los aviones de fumigación agrícolas tradicionales que ocupan las mismas altitudes que los drones de entrega. En ese momento creamos el concepto de 'reserva de volumen' en el que cada vuelo sin tripulación crearía una reserva de espacio aéreo por un tiempo determinado y en un corredor específico. Esta información se distribuye públicamente y está disponible para cualquier operador que vuele en la misma área”.

El sistema no solo fue extremadamente eficiente y exitoso, sino que también permitió a DINACIA, la autoridad de aviación civil de Uruguay, poner la información a disposición del público a través de un sitio web en vivo que tiene todos los vuelos sin tripulación en el país en todo momento.

“Esta información se puso a disposición de los pilotos de aeronaves agrícolas para que estuvieran al tanto de cualquier operación no tripulada en las cercanías de sus rutas de vuelo, lo que creó el concepto de ‘conflicto estratégico’. Este procedimiento permite al piloto revisar la información en tierra antes del despegue y planificar su vuelo en base a esta información”. Sebastian dijo con gran detalle: “La otra alternativa es la de 'conflictos tácticos', que es un sistema activo a bordo que alerta al piloto cuando un avión sin tripulación está cerca de su ruta de vuelo, pero aún no tenemos toda la tecnología necesaria para que esta opción esté disponible hoy y también sabemos que la adopción podría ser lenta”.

Todas las operaciones no tripuladas legales en Uruguay deben obtener esta reserva de volumen antes del despegue y desde ese momento todos los pilotos, estén a bordo de la aeronave o no, volando sobre el espacio aéreo uruguayo tienen acceso a esta información. Todos estos detalles están cubiertos en el UAV Conops uruguayo publicado en 2021 que Cielum ayudó a desarrollar e implementar.

Como podemos ver, las operaciones diarias de aviación no tripulada se están llevando a cabo en Uruguay en una coordinación relativamente segura gracias al desarrollo de ciertas reglas y el cumplimiento de las mismas sin la intervención de controladores aéreos mientras el país evoluciona hacia algo mejor. Lo que ha hecho Cielum en Uruguay es un modelo que se puede copiar en otras partes del mundo donde los cielos no tan concurridos permiten que un pequeño número de aviones operen en coordinación. Todas estas operaciones generan una gran cantidad de datos, los cuales permitirán, eventualmente, que la FAA y la EASA emulen el éxito uruguayo en los ajetreados cielos de América del Norte y Europa.

Mientras tanto, nosotros en Commercial UAV News continuaremos cubriendo estas y otras historias de éxito para motivar un mayor desarrollo de UTM en un esfuerzo por acercarnos al sueño de una industria de la aviación totalmente integrada.